Por: Gabriel Pol.
Guillermo “Coco” Fariñas otra vez trata de aferrarse a la cuerda que lo pueda sacar del pantano, luego del escándalo que supuso la auditoría realizada por la Fundación Nacional Cubano Americana a sus finanzas, cuyos resultados quedaron al desnudo en el canal de youtube de la periodista Yadira Escobar.
En medio de una pandemia mundial sin precedentes, Coco, se encuentra en Estados Unidos dando “patadas de ahogado” en los salones de la FNCA (y no precisamente porque se vaya a morir de Covid-19), tratando de sanear su imagen, con cortinas de humo, mediante la revelación de supuestos “agentes” de la Seguridad del Estado, que no son otros que en algún momento le han hecho sombra o le conocen muy bien la basura que guarda debajo del tapete.
Si algo de lo que dice tuviese crédito, el denominado Teniente Coronel Azary (si es que existe), fuese inmediatamente sustituido, aunque por el cariño con que se refiere al mismo, puede tratarse de un oficial “amigo”, o una historia de “amigo imaginario”, salida patológicamente de la mente de un paciente que padece el síndrome de
Si algún mérito le pudiese conferir a este hombre es la capacidad para nunca rendirse en el arte de engañar a todo el que lo rodea. En un escenario en el que varios directores y empleados de la FNCA, se quejan por la actitud de “coco” durante su estancia en Estados Unidos por no respetar la cuarentena ante la Covid-19 y su obsesión por salir de compras junto a su sobrina, se abre paso la estafa al veterano Eduardo Pérez Bengochea, a quien en varios momentos Fariñas lo ha tildado de cobarde, porque a pesar de pertenecer a la 2506, se dio a la fuga en una lancha antes de desembarcar en Girón. Ahora le falsea en sus propias narices una encuesta por la que cobró varios miles de dólares y que se usaría para validar solicitudes formales al gobierno de Estados Unidos sobre la política a seguir con Cuba. Solo puedo imaginar como quedaría el veterano camión de las regatas, cuando la Seguridad del Estado publique las pruebas irrefutables de ello, tal vez el propio Teniente Coronel Azary, esté a cargo de ello.
Coco delira, estafa, miente, pero deja entrever su desesperación o la “casualidad premeditada” de su comportamiento.
Nota: Aseguro que luego de leer este artículo entre líneas, Guillermo Fariñas dejará de publicar la identidad de los supuestos agentes que dice conocer…