Por: Gabriel Pol
Las redes sociales que parecieran la cúspide del desarrollo humano y tecnológico, ha sido paradójicamente, un punto de retorno, como círculo vicioso a la época de las cavernas, los siglos de perfección del lenguaje humano y las normas de comportamiento social han retrocedido atrozmente a épocas medievales.
Para los cubanos, que por genuinas gestiones de su “tiránico” gobierno, y en contraposición a las ideas vendidas por años por los opositores al régimen, de que: “Los Castros” impedían a su pueblo, por temor al “efecto”, conectarse y acceder al universo informativo de la Internet; la Red de Redes, aún incipientemente explorada para los que viven dentro de Cuba, se ha convertido en el espacio donde se ha digitalizado, por así decirlo, la idiosincrasia de ese cubano, ese cubano “de a pie” o “montado”; ese cubano residente en “la isla” o “fuera de la isla”, ese cubano con “ideología marxista”, o no tan “marxista”, es el espacio donde a lo cubano, se dice lo que se piensa, se lleva a las redes los comentarios de barrios, de solares y de nuestros campos, sin dejar el toque de café y caña de azúcar.
Las Red de redes, más explotada por los que “llegaron primero”, o sea los que un día emigraron y se conectaron, y luego dijeron lo que pensaron, la comunidad cubana que reside fuera de Cuba, esencialmente en los Estados Unidos, se ha matizado por personajes como Alexander Otaola, un carismático gay, que aunque varíe convenientemente sus criterios y deban sus productores comprar los denominados views, para engrosar la alfombra roja de su polémica popularidad, no ha dejado de ganar seguidores y detractores en las redes y fuera de esta.
OtaOla devenido un comentarista de farándula se ha inmiscuido cada vez más a fondo en la crítica política, pero casi exclusiva al “Régimen Cubano” y todo lo que de la isla provenga. Un show mediático o versión digital de una mescla de un Circo Romano con humor bullying, donde aparentemente no hay sangre pero irresponsablemente se clama por ella, y la burla y exposición de la privacidad ajena se expone como trofeo sin un ápice de respeto a la integridad humana. Esa privacidad escala rating, cuando se trata de personas con cierta popularidad, solo basta con decir algo “atractivo” y como piraña parásita se logra alimentar de la popularidad de otros. El pedófilo pederasta bien podría hacerle un tributo a la mítica Revolución Cubana y sus líderes, pues gran parte de su popularidad se la debe ellos, esto es otro fenómeno que tal vez hayan descubierto “Los Aldeanos” o “Silvito el libre”, nutrirse de la popularidad de supuestos enemigos cuando no pueden brillar con luz propia. ¿Que pasaría si los aldeanos cantaran temas románticos, o el histérico Alexander Otaola, tratara en sus programas temas ambientalistas?, su escaso talento (al decir de críticos culturales), los renegaría al eslabón natural que les corresponde en la cadena alimenticia de la información.
Ota Ola, fomenta el odio entre cubanos, dice defender a todos los cubanos pero solo se parcializa por algunos, los que lo aplauden, ¿y los otros que?, estarán obligados a adoptar la máxima de conmigo o contra mi.
Ota Ola recurre desesperadamente al “chisme”, atractivo para cualquier cubano (hablando de idiosincrasia), y a la vez que gana seguidores, agrega detractores, incluso ante sus cambiantes opiniones, sus seguidores (los de verdad, no los comprados en paquetes), se convierten ocasionalmente en sus propios detractores.
Para entender el fenómeno No Mas Ota Ola, hay que ir más allá de las casi 15 mil personas que integran el denominado grupo en Facebook, hay que preguntarse que es lo que quiere el cubano, o al menos la mayoría de ellos, vivan donde vivan, Ota Ola es el sello en el iracundo mar de las redes, que simboliza lo que mas le duele a todos los cubanos del siglo XXI, SU ECONOMÍA, Ota Ola defiende una política amarga, rechazada a lo largo de los años, por la inmensa mayoría de los cubanos, sean entendidos o no, en temas políticos; los viajes, las recargas, las remesas y hasta “las mulas”, son mas que eso, son puentes que unen familias y amigos por encima de credos políticos o religiosos, es la expresión de la sangre, que sigue pesando más que el agua, es la representación genuina de la idiosincrasia solidaria de la inmensa mayoría de las cubanas y cubanos, es la explicación al rechazo creciente a Ota Ola, no al afeminado personaje, sino a lo que representa y a lo que nos vende.
Cuba y su gente, como el río crecido se impone y arrasa con todo lo que vaya en contra de su curso natural, los cubanos seremos nostálgicos en otras tierras, pero seremos unidos, seremos padre, hijo, hermano y amigo, seremos siempre familia.
No Mas Ota Ola, es el “Basta!!!”, al odio, a las divisiones, a la ignorancia, Cuba quiere cambios y está teniendo cambios, está cambiando con todos los cubanos, porque Cuba es más que un gobierno, los Ota Ola de las redes no hacen absolutamente nada para ello, solo pretenden ser la mano que obedecen a sus amos para tratar de obligar a los cubanos de la isla, solo a estos, para que tomen las calles, calles con baches, pero que son nuestras calles y no la queremos con sangre, esa es su visión de cambio, mientras justifican y maquillan el rostro de una oposición endeble y flaca. Un día serán los personajes que encarnarán a los “Facundos Correctos”, de un “Vivir del Cuento”, que representan lo obsoleto, corrupto, abstracto y absurdo de un comportamiento que SÍ requiere Cambios, no lo olviden.